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SALSAS EN LA COCINA, UN COMPLEMENTO QUE ADORAMOS 

Hola soy Willy Moya, chef del restaurante Poncio en Madrid. A la gran mayoría de la gente le gusta combinar sus platos con salsas, obviamente dependiendo del plato, pero por gusto general es algo apetecido. Las salsas son ese toque mágico que transforma un buen plato en una experiencia memorable. Ya sea una mayonesa cremosa, una salsa picante que despierta los sentidos o una clásica salsa de tomate bien condimentada, estos acompañamientos tienen el poder de realzar sabores y equilibrar texturas. 

El origen de las salsas y su importancia en la cocina

Las salsas tienen una historia fascinante. Se cree que su origen se remonta a la antigua Roma, donde se utilizaban mezclas de hierbas, vinagre y garum (una salsa de pescado fermentado) para sazonar los alimentos. Con el tiempo, la cocina francesa las elevó a un arte, con figuras como Auguste Escoffier, quien sistematizó las «salsas madres» (bechamel, velouté, española, holandesa y tomate), base de muchas preparaciones actuales.

Hoy en día, las salsas son fundamentales en todas las cocinas del mundo: desde el hummus árabe hasta el chimichurri argentino, pasando por el wasabi japonés. Su importancia radica en que pueden maridar, contrastar o suavizar los sabores de un plato, adaptándose a cada cultura y paladar.

¿Por qué amamos las salsas?

La razón es simple: generan placer. Las salsas añaden capas de sabor, jugosidad y, en muchos casos, un componente lúdico a la comida. Además, activan nuestros sentidos: el picante libera endorfinas, lo ácido estimula el apetito y lo cremoso nos brinda confort. También hay un factor nostalgia: muchas salsas están ligadas a recuerdos de infancia o a platos tradicionales que reconfortan el alma.

¿Y por qué hay quien las evita?

Aunque son amadas por muchos, algunas personas prefieren prescindir de ellas. Los motivos pueden variar: desde quienes buscan sabores más puros y naturales en los ingredientes, hasta quienes las asocian con excesos calóricos o digestiones pesadas. También están aquellos con paladares sensibles a ciertas texturas o condimentos fuertes. Y, por supuesto, está el factor hábito: hay culturas o familias donde las salsas no formaban parte de la mesa.

Cada paladar es único

En definitiva, la comida es una experiencia personal. No hay reglas absolutas: lo importante es disfrutar cada bocado a nuestro gusto. En nuestro restaurante, entendemos esa diversidad. Porque ya sea con salsa, sin ella o con un extra aparte, lo esencial es que cada comensal salga satisfecho.

Así que, la próxima vez que nos visites, ¡no dudes en pedir tu plato exactamente como más te apetezca! Porque en la cocina, como en la vida, el gusto es cosa de cada uno.

¡Te esperamos en Poncio!

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