Mi graduación en Le Cordon Bleu

Primera etapa:

Logotipo Le Cordon Bleu

Durante el último siglo, Le Cordon Bleu ha sido testigo de cambios revolucionarios al pasar de ser una escuela parisina de cocina, a ser una red internacional de escuelas de arte culinario y de institutos de hostelería.

Imagen de archivo Le Cordon Bleu

La Historia de Le Cordon Bleu

Le Cordon Bleu, como Escuela de artes culinarias, fue fundada en París en 1895 por la periodista MartheDistel, editora de la Revista La Cuisinière Cordon Bleu.

El 14 de enero de 1896, en un horno eléctrico, tuvo lugar la primera clase de demostración de la historia. Esta clase se realizó con la intención de promocionar la revista, y el lanzamiento de la Escuela.

Desde ese momento, la reputación internacional de Le Cordon Bleu se difundió rápidamente.

Hoy en día, la presencia de Le Cordon Bleu abarca más de 40 escuelas internacionales, que atienden a más de 20.000 estudiantes en 20 lenguas distintas.

Su filosofía: lograr la excelencia, mediante la práctica y el refinamiento constantes, buscando la expansión, y el crecimiento, para satisfacer las necesidades de la más alta restauración internacional.

Le Grand Diplôme

El programa intensivo en técnicas culinarias francesas clásicas, Le Grand Diplôme, es el núcleo del plan de estudios de Le Cordon Bleu; es el programa más completo de la Cocina Francesa Clásica y de las técnicas de Pastelería disponible en la actualidad.

Le Grand Diplôme combina el Diplomado de Cocina y el Diplomado de Pastelería. Cada uno de ellos está compuesto por 3 Certificados (Básico, Intermedio y Superior), que proporcionan las habilidades necesarias para aplicar técnicas culinarias francesas, a casi cualquier tipo de cocina del mundo y así desarrollar la propia creatividad y expresión artística.

Le Grand Diplôme se otorga al estudiante que haya completado con éxito Le Diplôme de Cuisine et Le Diplôme de Pâtisserie.

Los primeros días en Le Cordon Bleu

Recuerdo los primeros días en la escuela.

Por un lado, tenía la inquietante sensación que te hace sentir todo lo desconocido. Pero a la vez sentía el confort que te provoca algo con lo que disfrutas desde el primer minuto.

Siempre fui con muchísima ilusión, con ganas de aprender y de aprovechar hasta el último minuto que pasé ahí dentro.

Desde un principio estuve muy motivado, a pesar de que, en ocasiones, uno se viene abajo.

El diploma de cocina no es un camino de rosas.

Hay que estudiar y practicar, practicar y practicar… para asimilar las técnicas aprendidas de una manera natural y que no haya que pensar cómo se realiza una técnica a la hora de ejecutarla.

Uno de los mayores retos que encontréfue el tiempo, poder acabar los platos con calidad en un tiempo determinado.

Las técnicas nuevas también fueron un reto al que estaba poco acostumbrado, deshuesar una codorniz, hacer un jugo sin grasa y con la textura deseada…

Creo que después de elaborar un soufflé y un solomillo Wellington, uno se da cuenta de los retos y logros que ha ido alcanzando de manera progresiva, desde la clase inicial de los tipos de cortes…

Metodología Le Cordon Bleu

La organización era otro de los logros importantes, saber organizar la receta, los pasos a dar en función de las elaboraciones individuales de cada uno de los ingredientes, la organización del puesto de trabajo y la limpieza…

La metodología de enseñanza de Le Cordon Bleu combinaba demostraciones, seguidas de clases prácticas.

Las clases demostrativas se llevaban a cabo en salas especialmente equipadas, lo que nos permitía observar las técnicas del Chef sin perder detalle.

Tan importante como la demostración era la cata de los platos, para ir educando el paladar.

Dependiendo de la cultura gastronómica de cada alumno, unos tenían más paladar que otros. Sin embargo, todos tuvimos que aprender y la cata es un buen método para conocer productos, sabores, texturas…

En la gastronomía se saborea con los cinco sentidos.

Las clases prácticas se llevaban a cabo en las cocinas de enseñanza profesional, equipadas con los más altos estándares.

Allí se ponía a prueba todo lo aprendido, tanto en técnica, como en organización, limpieza, tiempo…

Sin duda era el momento donde había que demostrar que uno era capaz de sacar un plato adelante, como si estuviera en la partida de un restaurante.

También fueron muy importantes las clases magistrales. En ellas, profesionales de diferentes disciplinas mostraban lo que hacían en sus negocios, ya sea de elaboración de productos, de restauración…

Lo aprendido y la evolución en cada curso, fueron muy diferentes, pero muy gratificantes.

Le Grand Diplôme de Cuisine et de Pâtisserie Le Cordon Bleu

Cuando uno se gradúa en Le Cordon Bleu, forma parte de una gran tradición de excelencia, con los reconocimientos que le diferenciarán de la competencia, en una industria demandante y cambiante.

En el curso 1997-1998 me gradué en Le Cordon Bleu de París obteniendo Le Grand Diplôme de Cuisine et de Pâtisserie Le Cordon Bleu con excelentes resultados.

Diploma Le Cordon Bleu

Soy muy consciente de que, sin esta experiencia, no podría haber llegado hasta donde hoy estoy.

Pero, por supuesto, mi aprendizaje no quedó ahí.

La pasión por la cocina siempre te pide más.

Nuevos conocimientos, nuevas técnicas, nuevos productos…

Uno nunca deja de aprender.

El camino hasta Poncio ha sido largo, pero lo he disfrutado, por todo lo que he aprendido.

Otros viajes, y otros estudios, siguieron después de esta primera etapa, que uno siempre recuerda con cierta nostalgia.

Pero eso, ya te lo contaré otro día.

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